EDUCAR EN TIEMPOS DE INCLUSIÓN

La escuela inclusiva valora las diferencias individuales y las concibe como una fuente de riqueza y de crecimiento de la calidad educativa. Premisa que sirve a todos los contextos; en el proceso de aprendizaje profundo y real, estas diferencias se hacen aún más presentes; para (García, 2009) todos los alumnos tienen unas necesidades educativas comunes, que son compartidas por la mayoría, unas necesidades propias, individuales y dentro de éstas, algunas que pueden ser especiales, que requieren poner en marcha una serie de ayudas, recursos y medidas pedagógicas especiales o de carácter extraordinario.

Blanco y Duk (2000) sostienen que la educación inclusiva implica que todos los niños y niñas de una determinada comunidad aprendan juntos independiente de sus condiciones personales, sociales o culturales, incluso aquellos que presentan discapacidad. Para la UNESCO más bien se trata de una modificación profunda de la estructura, funcionamiento y propuesta pedagógica de las escuelas para dar respuesta a las necesidades educativas de forma que todos tengan buenas experiencias de aprendizaje y participen en igualdad